07 Mar La positividad tóxica
La positividad tóxica es un concepto que explica la exacerbación de la felicidad en las redes sociales.
La psicología y las redes sociales
¿Son las redes sociales un reflejo de la realidad o un reflejo de la realidad que queremos mostrar?
Siempre existirá este debate. Cierto es que en las redes sociales se muestra “un momento concreto de la vida” y ese momento, obviamente, es real (pese a que la foto tenga algún que otro retoque y edición).
Hoy en día se presume mucho de ser “natural en las redes sociales” pero, sobre todo, se presume de “Ser feliz en las redes sociales”.
La positividad tóxica en las redes sociales
Desde hace un tiempo se ha instalado el concepto de positividad tóxica en el uso de redes sociales. O lo que es lo mismo, en nuestras publicaciones (o las de los influencer), se impone una actitud falsamente positiva, sobregeneralizando un estado feliz y optimista sea cual sea la situación, silenciando las emociones “negativas”.
El premio a esta positividad tóxica: el reconocimiento.
Los likes como sistema de medida del reconocimiento – La Positividad Tóxica
Os diríamos “los adolescentes”, pero no solo en ellos recae esta situación, así que bien diremos “todos los usuarios de las redes sociales” que son activos a la hora de publicar, buscan reconocimiento. Independientemente del contenido, cuando le das al botón de “publicar”, buscas que tus “seguidores” interactúen y reconozcan dicha publicación.
Además, las redes sociales (o Internet), se han convertido en un mundo con un exceso de estímulos imperativos o de maneras de cómo deberíamos ser. Tutoriales, “postureo”, qué debes comer, qué debes ver, cómo debes tener tu casa… Generando una cantidad de necesidades y “aspiraciones” creadas por otros para “ser feliz”. Y sentimos deciros que la felicidad es extremadamente singular.
¿Cuándo el positivismo se vuelve tóxico?
La positividad no está mal, pero esta se vuelve tóxica cuando de repente solo hay que poner el foco de nuestra atención en sentirnos siempre bien, aunque las circunstancias sean negativas. Tratando constantemente de no tener emociones, pensamientos y recuerdos negativos o/e incomodas de nuestra vida. Cosa que resulta ineficaz.
No ocultarnos es siempre una gran virtud. No debemos tener miedo o resistencia a expresarnos ni a reconocer que, a veces, nos sentimos mal.
Y para ello lo mejor es trabajar las emociones y la psicología conductual. No hace falta sumarse a la positividad tóxica.
Recuerda que en el Grupo ALBOR-COHS somos expertos en el análisis y el cambio de la conducta; tanto en los aspectos emocionales, cognitivos o los hábitos de comportamiento. Ayudamos a las personas a resolver o mejorar cualquier situación vital problemática, en todas las etapas de la vida.
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